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En el olvido institucional, pobladores damnificados de la zona rural de Acapulco 

Familias enteras de Los Playones, San Isidro Gallinero, San Pedro Las Playas, El Bejuco, entre otras, mendigan por apoyos en la autopista Metlaplil

Texto y Fotos: Rangel Ventura 

Acapulco de Juárez, Gro., 26 de septiembre de 2023.- El Acapulco apocalíptico, debastado por el huracán «Otis», dejó ver el desdén de las autoridades de los tres niveles de gobierno para distribuir la ayuda a las familias damnificadas en la zona rural por las ráfagas de viento y lluvia.

De acuerdo a un recorrido realizado por este reportero por el Acapulco rural, en las comunidades de Los Playones, Tuncingo, San Isidro Gallinero, San Pedro Las Playas, El Bejuco, Amatillo, Las Chanecas y San Juan Chico, la situación es la misma: no ha llegado la ayuda de las autoridades.

«Acapulco no nada más es la zona Diamante, también estamos los de los pueblos que nos quedamos sin nada», exclamó la señora Josefina, vecina de Los Playones, quien junto con los cinco integrantes de su familia y una veintena de vecinos, salieron a la autopista de Metlaplil a pedir ayuda a los turistas que se quedaron varados y ya retornan a sus lugares de origen; «no tenemos ni para comer señor Presidente», expresó la mujer, con la esperanza que el mensaje le llegara al mandatario, Andrés Manuel López Obrador.

La situación en los pueblos asentados en los márgenes de la Laguna de Tres Palos no es diferente. El meteoro no tuvo piedad y las rachas de viento dejaron a la intemperie a todas las casas de techo de lámina y cartón (solo muy pocas están construida de loza de concreto).

Las familias de estas comunidades no han recibido ningún solo apoyo institucional. Ellos mismos han abierto caminos quitando árboles y postes caídos, «Para que las autoridades no tengan pretexto y puedan entrar a nuestro pueblo a llevar ayuda, principalmente comida», dijo don José, quien con unos 50 habitantes de San Isidro Gallinero quitaban con ceguetas y pinzas una enorme estructura metálica que obstruía el paso a su pueblo.

La desesperación por el abandono en que se encuentran llegó a tal grado, que varias familias damnificadas se vieron obligadas a mendigar comida, agua y otros víveres a los automovilistas que circulan con ayuda humanitaria por la carretera Metlaplil-Zona Diamante, rumbo a la zona urbana devastada por el huracán.

«Preferimos andar mendigando aquí pidiendo apoyo y comida a los que pasan, que andar robando y saqueando las tiendas de la zona Diamante», justificó la joven Samantha, que en otro tramo de la autopista, clama por el apoyo con pancartas y lonas.

Cientos de vehículos oficiales de la Sedena, Guardia Nacional y camionetas oficiales de los tres nieveles de gobierno, además de vehículos particulares con despensas y artículos de primera necesidad, pasan constantemente por esa vía federal; «ahorita regresamos a ayudarles y darles apoyos», le prometió desde ayer un elemento de la GN a doña Paulina. Hasta la tarde de hoy jueves la solidaridad institucional no les ha llegado.