Reeligen a Cecilia Narciso en la CDHEG: continuidad entre dudas sobre autonomía
Con 31 votos a favor y 9 abstenciones, el Congreso de Guerrero reelige a Cecilia Narciso Gaytán como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos. La decisión, aunque legal, reaviva críticas sobre la falta de apertura y participación ciudadana en los nombramientos clave
Texto: Fernando Foster
Fotografía: Jesús De La Cruz
Chilpancingo de los Bravo, Gro., 11 de junio de 2025.— En una sesión ordinaria del Congreso del Estado de Guerrero, la mayoría legislativa ratificó este miércoles a Cecilia Narciso Gaytán como presidenta de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG) para un nuevo periodo.
Antes de la votación, fue presentada la terna integrada por la propia Narciso Gaytán, Marisela Reyes Reyes y Román Jaimez Contreras. Con la presencia de 44 de los 46 diputados, la elección se realizó mediante votación por cédula. El resultado fue: 31 votos a favor de Narciso Gaytán, 3 para Jaimez Contreras y 1 para Reyes Reyes; se registraron también 9 abstenciones.
Al obtener la mayoría calificada, el Congreso avaló la reelección de Narciso Gaytán, quien se mantendrá al frente del organismo responsable de velar por los derechos humanos en la entidad.
La ratificada ombudsperson es licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), con una Maestría en Derechos Humanos y de la Naturaleza, así como una Maestría en Mediación y Conciliación avalada por el Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Sin embargo, su continuidad no está exenta de polémica. Aunque diversos sectores reconocen su formación y experiencia, también se han alzado voces críticas que cuestionan la independencia de la CDHEG frente a los poderes estatales. Para algunos, la reelección confirma una tendencia preocupante hacia el control político de organismos que deberían operar con plena autonomía.
Organizaciones de la sociedad civil han señalado que el proceso carece de mecanismos que garanticen una participación ciudadana real y transparente. “El Congreso no debería limitarse a validar lo que ya está decidido desde el poder; este tipo de cargos deben abrirse a debates públicos, con perfiles evaluados por méritos y no por afinidades políticas”, expresó un defensor independiente consultado por este medio.
El caso de Guerrero no es aislado. A nivel nacional, persiste el debate sobre cómo fortalecer la autonomía de las comisiones de derechos humanos frente al poder político. La reelección de Cecilia Narciso, más allá de sus credenciales, coloca de nuevo sobre la mesa la necesidad de replantear los procesos de designación para garantizar organismos verdaderamente ciudadanos, no subordinados.
El reto para la nueva gestión de la CDHEG será, por tanto, doble: continuar con la labor de defensa de los derechos fundamentales y, al mismo tiempo, demostrar que puede hacerlo con independencia, transparencia y vocación crítica frente a los abusos del poder.
