Política

Por corrupción de SEDATU, instalaciones de la Feria de Chilpancingo están en ruinas

La empresa contratada abandonó la obra, dejando un proyecto plagado de riesgos, con estructuras expuestas que representan un riesgo

Retiran juegos mecánicos que ya se habían instalado por no contar con dictamen de Protección Civil

Texto: Fernando Pastor 

Fotografía: Hilda Perales 

Chilpancingo de los Bravo, Gro., 18 de diciembre de 2024.- A cuatro días de que se lleve a cabo el Paseo del Pendón, que marca el inicio de la Feria de Navidad y Año Nuevo de Chilpancingo, están en ruinas las instalaciones del recinto ferial que había anunciado la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) que entregaría en septiembre, la obra sigue inconclusa, además de que es evidente la corrupción que rodea a esa magna construcción.

Alrededor de las 14:00 horas de este miércoles, personal de gobernación, acompañado de agentes de la policía municipal y estatal, tránsito, protección civil y bomberos, acudieron al recinto ferial a petición del Patronato de la Feria para que los juegos mecánicos que llegaron «sin permiso» a instalarse fueran retirados porque no cuentan con un dictamen de Protección Civil del Estado y Municipio.

La Feria de Chilpancingo, que durante años ha sido el corazón de las festividades decembrinas, se encuentra en una crisis sin precedentes. Obras inconclusas, riesgos evidentes y la cancelación de artistas han dejado en evidencia la negligencia de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y la corrupción de la pasada administración municipal. Este evento, símbolo de identidad y tradición, ha sido saboteado por el abandono y el desvío de recursos públicos.

El recinto ferial está lejos de ser un espacio seguro: el palenque y el teatro del pueblo permanecen a medio construir, mientras que la remodelación de la plaza de toros es un desastre inconcluso. Los artistas, ante la falta de condiciones mínimas de seguridad, han decidido cancelar sus presentaciones, dejando un vacío irreparable en el programa de actividades. Además, los vecinos de la zona han sufrido constantes cortes y variaciones en el suministro eléctrico, ya que el sistema no soporta la carga requerida para operar el recinto.

Las cifras de esta negligencia son indignantes. La pasada administración municipal cobró más de 8 millones de pesos por trabajos de electrificación y construcción que jamás se realizaron. Para agravar el problema, la empresa contratada por Sedatu abandonó los trabajos, dejando un proyecto plagado de riesgos, con estructuras expuestas que representan un riesgo inminente para integridad física de los asistentes. La falta de planeación el derroche y abandono han convertido la feria en un monumento a la corrupción.

Aunque el Ayuntamiento de Chilpancingo y el Gobierno del Estado han anunciado operativos de seguridad para garantizar la protección de quienes asistan, el daño ya está hecho. Los asistentes se enfrentan a un recinto inadecuado, sin las atracciones y espectáculos que esperaban, mientras los responsables de este desastre aún no rinden cuentas.

La Feria de Chilpancingo debería ser un momento de alegría y unión para las familias, pero la incompetencia y el desfalco de la pasada administración la han transformado en un símbolo de corrupción y abandono. La ciudadanía exige explicaciones inmediatas y justicia para que este tipo de atropellos no se repitan. ¿Dónde están los responsables de haber arruinado una de las tradiciones más queridas de Chilpancingo?