Que los pueblos indígenas hablen de derechos humanos, uno de los logros de Tlachinollan
Los logros del Centro de Derechos Humanos de la Montaña en 30 años, también son logros de los colectivos y de la lucha social: Abel Barrera
Texto: Jorge Balvanera
Chilpancingo de los Bravo, Gro., 09 de diciembre de 2024.- “Los logros del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, en estos 30 años, no son solo de nosotros, son colectivos, son producto de la lucha social en Guerrero, y el país», aseguró Abel Barrera Hernández, durante la celebración por los 30 años de Tlachinollan, que se llevó a cabo en la cabecera de Tlapa de Comonfort, en la Montaña Alta de Guerrero, bajo el lema “Memoria Imbatible ¡Corazón de Acero!”.
Uno de los logros más importantes de Tlachinollan, “es que, en la Montaña de Guerrero, los pueblos indígenas hablen de derechos humanos; dignificar la lucha de las víctimas de la “guerra sucia”; colocar temas importantes en la agenda pública para los derechos humanos de la Montaña”.
Insistió que es una contribución colectiva “no es exclusiva de Tlachinollan, más bien estamos en esta corriente, este movimiento, esta gran fuerza de los pueblos; y sí hemos alentado los movimientos de resistencia; hemos visibilizado las luchas; impulsando su organización, y reivindicando los derechos colectivos. Se trata de hablar de los derechos humanos, como una cultura, no como una bandera política.
Entrevistado durante la marcha que partió de la catedral de San Agustín, en donde antes se celebró una misa, a la que asistieron los colectivos, encabezados por las madrea y padres de familia de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa, y alumnos de ese plantel manifestó que el panorama para Tlachinollan, y en general para los organismos defensores de los derechos humanos “lo vemos más complicado, porque hay una postura para desacreditar nuestro trabajo”.
Denunció que el gobierno “nos trata como si fuéramos organizaciones que buscamos, desacreditar a las instituciones del gobierno, pero no es así; nosotros nos hemos nutrido del movimiento social, la fuerza que tenemos no es nuestra es la de los pueblos”.
Nuestras raíces “están abajo, nuestra legitimidad, no nos viene de arriba, sino que está cimentada, en las asambleas, en las organizaciones, y colectivos, o con el movimiento de víctimas; ese es nuestro bastión, y nuestra trinchera”.
Lamentó que “hay una visión muy centrada, con una corriente política que la ha aglutinado, en este caso Morena, que ahora siente que tiene las banderas de la lucha social; pero, más bien se trata de una bandera partidista, que ha retomado, algunos planteamientos del movimiento social”.
Barrera Hernández, señaló: “el movimiento social es algo más amplio, no está en la lucha por el poder, sino que lucha por la justicia, por la verdad, la igualdad, la equidad y por el respeto a los derechos humanos”.
Durante la Eucaristía, celebrada en la catedral de San Agustín, en Tlapa de Comonfort, los asistentes pidieron que se acaben las injusticias; que aparezcan los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, y los miles de desaparecidos en el país, entre otros.
Posteriormente se llevó a cabo una manifestación, en la que participaron organizaciones no gubernamentales, como el Miguel Agustín Pro, así como la asistencia de Alan García Campos, Coordinador de la unidad de graves violaciones de los Derechos Humanos de la Oficina Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México (OACNUDH); de Alicia De los Ríos Merino, abogada, historiadora, comprometida con las comunidades de víctimas de desaparición forzada; Tania Ramírez, Co-fundadora de la organización H.I.J.O.S. (Hija e hijos de personas desaparecidas, exiliadas o asesinadas por motivos políticos).
Directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM); las madres y los padres de los 43, así como alumnos de la Normal de Ayotzinapa.
Al llegar al recinto se realizó una ceremonia de sanidad, y después continuaron las actividades.
El evento, dio inicio con el Foro: “Historias luminosas en tiempos de infortunio”, en el que los colectivos intercambiaron sus experiencias, y que entre sollozos narraron las atrocidades que han vivido en la búsqueda de sus familiares.
Fueron seis bloques; Las desapariciones del pasado: una herida abierta; Ayotzinapa: una década de impunidad; Los desaparecidos en el contexto de la Macrocriminalidad: Casos de Guerrero; Los desaparecidos en el contexto de la Macrocriminalidad: Casos de Guanajuato; Los desaparecidos en el contexto de la Macrocriminalidad: Casos de Michoacán, Oaxaca y Veracruz; y Los desaparecidos en el contexto de la Macrocriminalidad: CDMX y Estado de México.
La mayoría de los colectivos de Guerrero, hicieron acto de presencia como el Colectivo Lupita Rodríguez de Chilpancingo, en donde uno de sus miembros aseguró: “Tlachinollan para nosotros representa conciencia social que dejó los 50 aniversarios que dejó Lucio Cabaña, de que las cosas si se pueden cambiar. Hemos encontrado más de doscientas fosas clandestinas, el año pasado encontramos más de cuarenta, 428 es la cifra de los desaparecidos a nivel Estado; hace un año encontramos 10 restos humanos, inmediatamente reportamos para su entrega digna”.
María “N”, del mismo colectivo, recordó “hace más de diez años que desapareció mi hijo en Chilapa de Álvarez; al querer hacer la denuncia me trasladé al MP de Chilapa para hacer la búsqueda, nadie tenía el conocimiento, mientras el MP se encontraba cerrado”.
Una integrante del Colectivo Madres Igualtecas, expuso: “Mi hermano fue levantado, y hasta que conocí al colectivo, lo primero que hice fue ser una mujer valiente, fuerza para buscar, me siento apoyada; cuando llegaron los 43, entendí su dolor porque nadie vive ni nadie te va decir qué se siente lo que tu sientes hasta que lo viva, yo me hice muchas preguntas por los 43 por qué gritan, por qué lloran, ahora lo entiendo, porque vivo se lo llevaron”.
Otra mujer, del Colectivo de Desaparecidos de Zitlala, “mi colectivo nació en el año 2020, cuando mi esposo fue privado de su libertad, entraron como ocho personas encapuchados, y se lo llevaron; contacté a un diputado quien mandó a los militares y no encontraron evidencias”.
Edith, del Colectivo Luciérnaga, narró: “nosotros estábamos desesperados de no encontrar a mi hermano, quien desapareció en el año 2016, fue un levantón, hasta la fecha no sabemos nada de él”.