Nota Roja

Últiman a balazos a un comerciante en su negocio en el mercado de Chilpancingo

José Enrique «N» de 31 años de edad, estaba trabajando en el área de carga y descarga, cuando llegaron a privarlo de la vida

Texto: Eduardo Yener Santos

Fotografía: Jesús De La Cruz 

Chilpancingo de los Bravo, Gro., 22 de octubre de 2024.- José Enrique «N» de 31 años de edad, estaba trabajando en el área de carga y descarga del mercado central «R. Leyva Mancilla», cuando dos sujetos armados, arribaron al lugar y le dispararon en diversas ocasiones. Los armados asesinaron al comerciante con balas de una pistola nueve milímetros. El crimen ocurrió a plena luz del día y en medio de un lugar de mayor concurrencia de personas que acuden a vender y comprar productos de la canasta básica.

Eran las once de la mañana con treinta minutos de este día, cuando un reporte vía redes sociales alertó el crimen: “Ataque a balazos en el mercado Baltazar R. Leyva Mancilla de Chilpancingo, deja el saldo de un joven muerto en un negocio de lácteos”.

La policía del estado arribó veinte minutos después del reporte, y los Paramédicos de Protección Civil tardaron el mismo tiempo en llegar al lugar del crimen, por lo que no fue necesario su trabajo. Un paramédico confirmó que el hombre de 31 años de edad, había fallecido.

El acceso del estacionamiento público del mercado Baltazar R. Leyva al área de lácteos, se convirtió en un lugar de interés para los locatarios, clientes, periodistas y hasta de las diferentes corporaciones policiacas; Policía estatal, Guardia Nacional y Policía Ministerial que se concentraron el sitio, todos para tomar fotografías al joven asesinado.

El cuerpo sin vida de José Enrique «N», quedó en la puerta del negocio de Queso Oaxaca Camacho, que él atendía por ser su negocio de donde se auto empleaba.

La escalera de acceso a su negocio donde se encuentra un puesto de comida, se observaron dos mujeres que lloraban en silencio y minutos después, arribó una señora que les gritó a los agentes de la Fiscalía porque le impedía el paso para ver el cuerpo

– Déjenme pasar, es mi hijo. Qué tanta pinche seguridad, ¿Qué van hacer? ¿Acaso van a investigar? ¿Por qué tanto pinche cierre?, sino mataron a un animal…déjenme pasar, soy su madre y ustedes son unos ineptos, que no hacen su trabajo, nunca investigan y solo vienen a estorbar —fue el mensaje en tono de grito y llanto que lanzó una señora de pelo corto, que llegó llorando y corriendo en busca del joven asesinado

Las tres mujeres gritaron “¡Hay no Dios mío! mientras intentaban esquivar el cerco de la cinta de acordonamiento que colocó la policía. Los agentes indicaban que se protegía la escena del crimen y no dejarían que se perdieran los casquillos percutidos.

Los locatarios del mercado, curiosos que observaban la escena y el joven tirado en el piso, cuchicheaban entre ellos: “pobre güero” decían algunos, y a otros se les escucho decir: “al güero se lo echaron cuando estaba descargando quesos”.

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